sábado, 28 de noviembre de 2009

Impresiones, despertares.

Suena el despertador.
Abro pesadamente los ojos, la tentación de no levantarme de la cama me envuelve entre las sábanas. A través de mis pestañas veo toda la ventana naranja, y la silueta de un monasterio recortada en el cielo ensangrentado. Ligeros pájaros cantan, se mezclan con los ruidos de las obras del patio. Por los pasillos suenan los despertadores de las demás habitaciones, los pasos apresurados de quién llega tarde a clase. Una mezcla de calma-naranja en el marco de la ventana, el amanecer entrando tan lleno, y el frío del invierno dando golpes en el cristal. Déjame entrar, despertarte del todo. Cierro los ojos, un último segundo. Y al volver a abrirlos el cielo se expande en una azul inmensidad, añil lleno de nubes.






domingo, 14 de junio de 2009





Última noticia desde Verona:


La joven Julieta se ha suicidado esta mañana saltando desde su balcón.


Romeo aún no ha hecho declaraciones ante el terrible suceso.



No se ha encontrado ninguna carta que esclarezca los hechos. Tan sólo parece haber aparecido entre la ropa de la joven una nota que ponía "tus mentiras yo las decía en serio".

sábado, 13 de junio de 2009




Tarde entendí que las dentelladas eran pinceladas violentas en un lienzo deshecho... en un lienzo-desecho....

tan condenados siempre tú y yo al café y al tabaco, tan condenados siempre tú y yo a la guitarra y a la poesía, tan condenados siempre tú y yo a la /h/ de distancia...

martes, 9 de junio de 2009

Me iba a la plaza que hay más allá de la Catedral, llena de pájaros y árboles, grandes árboles verdes que llenaban el sitio de amarillo agitado por el viento que azota las ramas en primavera. Un kiosco donde vendían prensa y tabaco, y puestos de flores llenos de claveles rojos, blancos y amarillos, y llenos de rosas rojas demasiado perfumadas, a la venta como remedio de parafarmacia, antídoto contra eso que llaman desamor o contra el amor en tiempos difíciles. Yo me sentaba en una de las mesas, en una terraza llena de gente, y a veces había un guitarrista y tocaba canciones de Paco de Lucía. Entonces me echaba a temblar, se me agolpaba una humedad incontenible en las pupilas, acaso unas lágrimas que nunca se atrevían a salir del todo. Esperaba, porque siempre había una espera, un inquietante anhelo o deseo, la vaga certeza de que ocurriese algo que no pasaría jamás, encontrarte en la silla de al lado, ojeando el periódico y fumando un cigarrillo mientras yo sorbía el café tibio de una taza blanca, tan condenados siempre tú y yo al café y al tabaco, y sin rastro de humo sobre la mesa en la que yo estaba sentada me daba cuenta de que no estabas, de que nunca estarías. Y la verdad de la vigilia me golpeaba el sueño, y con tremendo miedo me preguntaba si habrías estado alguna vez, si no habías sido el resultado de expectativas e ilusiones promocionadas por Hollywood. Y la tarde se ensangrentaba poco a poco, Granada como una fruta que madura, el ir y venir de los estudiantes y pájaros, y el viento azotando las ramas. Y luego vendría el último sorbo del café tibio o frío, la última mirada a otros días del pasado o a la silla de enfrente tan vacía, la indiscutible vigilia de que tú no estás, ni volverás a estar, y la pesada probabilidad de que nunca estuviste. Y un velo negro de otro color que el de tus ojos cubre el cielo de Granada, no hay comisura de tu boca esbozando un vámonos a casa, ya apenas hay comisura de nada, ni atisbo de esa otra vida que era resultado del cine norteamericano.
Y la noche iba refrescando y yo sentía frío, pero no estaba tu chaqueta, tu chaqueta ahora sobre los hombros de otra, hombros caídos e insolentes que la sostenían sin valorar el calor que implicaba aquel gesto. Y con piel fría y oscura, de otros ojos que no eran los tuyos, volvía a casa, buscando entre las losetas de las aceras un vaso de whisky donde ahogarme, donde asfixiarme dentro de un poema o de un solo de guitarra. Tan condenados siempre tú y yo a los poemas y a las guitarras, al café y al tabaco. Y el cielo se contagiaba de estrellas, que no se reflejaban ni en ti ni en mí ni en nosotros, acaso en ese otro cielo que franqueaba ese otro mundo que escondían las sábanas limpias, casi desinfectadas del todo para no guardar nada de tu olor o tu sudor, para borrar los desperdicios que quedaban tras un ritual tan pagano y tan incierto.
Y caía en dialécticas extranjeras intentando encontrar nuevos universos, y aprendía palabras nuevas, palabras nuevas que ya existen pero nadie usa, como “apreciativos”, y me mordía las ganas de gritarte eso, de echarte en cara que no éramos apreciativos y de que estoy segura de que nunca lo fuimos del todo. Y guardo las palabras nuevas al lado de las viejas, y desempolvo ideales revolucionarios que había entre pelusas debajo de mi cama. Y las golondrinas y toda esa cursilería barata o cara me la ahorro, y acabaré volviendo a la plaza del bar a por un café con hielo cuando sea verano, repitiéndose todo como se repiten los ciclos estúpidos del capitalismo moderno, sin que nadie haga nada, sin que nadie se cuestione nada, aceptando simplemente la fatalidad de los días y las noches.

domingo, 31 de mayo de 2009


Tú me mirabas de lejos, sin atreverte a acercarte demasiado. Me cansaba(s). Iba al balcón y encendía un cigarro. Nunca aprendí a fumar, pero me abstraía el humo y me atrapaba la impresión de la ceniza ardiendo. Tiraba la colilla a la calle, como me habías enseñado. A veces no venías, y seguías mirándome desde la cama, mientras yo me perdía entre los coches de la calle con los ojos húmedos de felicidad o de nostalgia. No queríamos entender del todo. A veces había una brizna de realidad, pero preferíamos vendarnos los ojos, hacernos el amor a tientas, adivinando dónde estaba tu boca y dónde tu abdomen, en el cielo de Granada o de tu boca, de estrellas distantes, de caricias lentas, y sin embargo, precisas.

lunes, 25 de mayo de 2009

El destino sabe a limón: podemos jugar con las palabras, y entre azar y azahar sólo hay una h de distancia.






Sigo pensando que las buenas personas existen.

jueves, 21 de mayo de 2009

Inevitablemente, a la mañana siguiente, ya eramos extraños.


Apenas desconocidos que duermen juntos (de vez en cuando)...


viernes, 15 de mayo de 2009

Incertidumbre

Son esos detalles a medias sacados de contexto. Vergüenza o dignidad. La pesadez de las horas que no pasan. Los versos de García Montero como remedio de parafarmacia. La incertidumbre que se pega a cada trozo de mi cuerpo. Las lágrimas que vienen porque sí. La desconfianza que no viene porque sí. La causalidad, la finalidad, la casualidad...

jueves, 14 de mayo de 2009


Me anticipo
a lo que tú podrías haber dicho.
La solución nunca será
demasiado clara,
un par de tequilas,
universos semánticos abiertos
o la firme certeza
de que las palabras bonitas*
en sintaxis complicadas
se acaban reduciendo
a simples fonemas
algo guturales.

miércoles, 13 de mayo de 2009


Las noches nos irán doliendo menos poco a poco.
Y volverán a ser cómplices.

martes, 28 de abril de 2009



¿Y quién inspira a las musas?







"-¿Por qué lloras?
- Idiota, lloro porque me da la gana, y sobre todo lloro para que no me consuelen."


(Julio Cortázar. Habla La Maga)










Cuando no queda mar, los suspiros van a los pies de la Alhambra, al cauce del Darro.
Pensaba que el palacio también estaría triste un día gris, pero hacía sol en el Paseo de los Tristes. Y había vida.





Ojalá fuéramos astros fugitivos.

martes, 21 de abril de 2009

Palabras bonitas...


-No me veo capaz.

-Claro, tú no te ves porque tus ojos se proyectan hacia afuera.









gracias

domingo, 19 de abril de 2009







Esta noche soy cómplice de Ícaro.


sábado, 18 de abril de 2009


Lo que duele sentarse a esperar.
Lo que inquieta predecir la fatalidad de las noches....

jueves, 16 de abril de 2009




Siempre fuiste un buen músico.

viernes, 10 de abril de 2009




Empezábamos a creernos invencibles


Apoyados en la barra.


No sonaba local hero


Y bebíamos cubatas


En vez de cubalibres.


Al principio fue la noche


Y después algo de neón.


En medio del humo


De tus cigarros


El Oboe se disfrazó de Paraíso


Para que tú me besases


Con la escusa perfecta


De que era una lady writer


(Aún no conocías


A ninguna jersey girl


Para etiquetarme).


Después de aquello


No sonó Romeo and Juliet


Pero acabamos igual de desnudos


Y de muertos.


La banda sonora de nuestra vida


Nunca cabrá en un disco


Como tampoco podremos escribir


Una historia de amor


En un guión de cine independiente.


Ya no hay estrellas fugaces


Ni water of love o manantiales,


Cualquiera podría conseguir ser


La musa perfecta


Para un artista de segunda.


El problema viene


Cuando el artista


Es de primera


Y la musa


Apenas se mira al espejo.


jueves, 9 de abril de 2009


Solían decir que Maga,
Ya apenas se escuchan.
Mi particular descubrimiento:
Horacio y Lucía.
¿Nos vamos?

miércoles, 8 de abril de 2009


(...)

Los suspiros van entre paréntesis.



(...)

Paris.


(...)

Y después ¿...?

miércoles, 1 de abril de 2009


















Sería primavera



martes, 31 de marzo de 2009

Eres un atrapasueños con pretensiones de lobo feroz...












flores púrpura


sábado, 28 de marzo de 2009




De lo divino y lo humano.


















Esta manía nuestra de intentar explicar lo inefable...




















jueves, 26 de marzo de 2009


Esperando que le de la bienvenida.

martes, 24 de marzo de 2009

Después de unas semanas de sol amanece tristemente azul:


Es como ir a la biblioteca y encontrar el libro que buscabas, y darte cuenta de que es de punto amarillo y que no podrás llevarlo a casa. O como que el móvil se rompa siempre antes de hacer una llamada urgente. O como salir de la vida de alguien bruscamente, pongamos de una amiga.



No es como el azul de Rubén Darío.



Y es que, poco a poco, voy mejorando en inglés....








El mundo necesita un respiro.

Los amantes necesitan quedar unidos en recíproca ternura.

Los poemas necesitan ser escritos en forma de alas.















Toc toc.







Ojalá...

domingo, 15 de marzo de 2009

Un lunes normal en la facultad después de un domingo no demasiado bueno. Al regresar a casa, al colegio, de pronto cambia la vida. Leemos la esquela varias veces, incapaces de comprender. El mundo se hunde. Y de pronto la vida cobra sentido. Y aprendemos la lección en un silencio profundo, un minuto más o menos, aunque habríamos estado callados mucho más tiempo. Y empezamos a vivir como si fuese el último día. Empezamos a decir cariño, ¿cómo estás? cuídate, espero que mañana nos veamos. Lo valoramos todo. Y agradecemos el milagro que supone estar vivos. Entendemos que hay cosas por las que no merece la pena discutir, y cosas por las que merece la pena perdonar. Y el mundo sigue, con su recuerdo, siempre.

lunes, 23 de febrero de 2009


Vamos a entendernos, aunque podríamos entrar en un análisis más profundo de toda esta historia, por ejemplo en qué es el sexo -o cómo es el sexo- después de una discusión violenta. La verdadera cuestión, a fin de cuentas, es cómo aunque se rompa la perspectiva de la lectura, o de la escritura, según se mire, las historias siguen vivas en sí mismas, aunque nadie las lea. Analógicamente podríamos ver qué es lo que ocurre cuando se pierde la perspectiva de tu boca, y sin embargo los besos siguen vivos, enfáticos. Podríamos plantearnos más cosas: intuiciones, deseos, el fin del mundo... Al final no llegaríamos a ninguna conclusión y nos quedaríamos en silencio, esperando a que la vida duela un poco menos o a que las rosas no sean un placebo farmaceútico.






¿Brindamos? Whisky solo, con hielo. Etiqueta negra, por favor.

Me ahogo en tu boca.

sábado, 14 de febrero de 2009



Somos un pretexto para hacer poesía.

.

Esta noche pediría un deseo

viernes, 30 de enero de 2009

Al final resultó tan sencillo como que tú fumases un cigarro cerca de mi piel. Después tus caricias moldearon el humo envoldiendo nuestros cuerpos.
Sentí el instinto de escapar, pero ya había empezado a hundirme en ese ambiente ceniciento, presa de tus manos, firmes como el mármol. Entre prenumbras caimos abandonados a la ingravidad del espacio ad infinitum. Convertidos en un cuadro perpetuo, con trazos precisos y colores abstractos, toda una gama de grises derramada sobre los dos; gris-sábana, gris-humo, gris-luz.

Suspendidos en ese no-lugar donde no se alcanza a comprender, estuvimos a punto de quebrarnos contra el suelo. Inevitablemente, la estricta ley de la gravedad acabó por imponerse en nuestro desordenado no-mundo. Perdiendo el equilibrio perdimos también la no-cuenta de los días y las noches, y empezamos a no-entender nuestro inentendible desorden.

En un intento desarraigado volvimos a zafarnos como náufragos a la deriva, por un mar difuminado y con pretensiones de tormenta.

y al final...

lunes, 26 de enero de 2009



En blanco y negro. Sin contornos.

¿Quién da más?

Gutural. O sonidos sordos.

viernes, 23 de enero de 2009

Preciosa, ¿y para qué?











El amor en tiempos de exámenes.
(Esto sí que daría para una gran novela)



Aunque Piglia lo resumiría todo diciendo el amor de un pez en el hielo. Contado en 5o años, que 100 son demasiados. Y sin decir como nos fuimos hundiendo poco a poco (eso se lo dejamos a las fieras de Arlt).

Bajo la misma ciudad, todos navegamos (o quizás tan sólo naufragamos) en un mar de estrellas distantes y tardías, y un poetasesino revoluciona la poesía chilena.



Mientras, me quedo con Julio, leyendo a Julio, perdiéndome en Julio. Me asusta la casa tomada, me asfixia la continuidad de los parques. Definitivamente, como un pez congelado en tiempos de exámenes.

Culmina Borges: "y sin temer nada"


El infinito es más infinito en la letra que en la imagen. Una imagen NO vale más que mil palabras.