domingo, 31 de mayo de 2009


Tú me mirabas de lejos, sin atreverte a acercarte demasiado. Me cansaba(s). Iba al balcón y encendía un cigarro. Nunca aprendí a fumar, pero me abstraía el humo y me atrapaba la impresión de la ceniza ardiendo. Tiraba la colilla a la calle, como me habías enseñado. A veces no venías, y seguías mirándome desde la cama, mientras yo me perdía entre los coches de la calle con los ojos húmedos de felicidad o de nostalgia. No queríamos entender del todo. A veces había una brizna de realidad, pero preferíamos vendarnos los ojos, hacernos el amor a tientas, adivinando dónde estaba tu boca y dónde tu abdomen, en el cielo de Granada o de tu boca, de estrellas distantes, de caricias lentas, y sin embargo, precisas.

lunes, 25 de mayo de 2009

El destino sabe a limón: podemos jugar con las palabras, y entre azar y azahar sólo hay una h de distancia.






Sigo pensando que las buenas personas existen.

jueves, 21 de mayo de 2009

Inevitablemente, a la mañana siguiente, ya eramos extraños.


Apenas desconocidos que duermen juntos (de vez en cuando)...


viernes, 15 de mayo de 2009

Incertidumbre

Son esos detalles a medias sacados de contexto. Vergüenza o dignidad. La pesadez de las horas que no pasan. Los versos de García Montero como remedio de parafarmacia. La incertidumbre que se pega a cada trozo de mi cuerpo. Las lágrimas que vienen porque sí. La desconfianza que no viene porque sí. La causalidad, la finalidad, la casualidad...

jueves, 14 de mayo de 2009


Me anticipo
a lo que tú podrías haber dicho.
La solución nunca será
demasiado clara,
un par de tequilas,
universos semánticos abiertos
o la firme certeza
de que las palabras bonitas*
en sintaxis complicadas
se acaban reduciendo
a simples fonemas
algo guturales.

miércoles, 13 de mayo de 2009


Las noches nos irán doliendo menos poco a poco.
Y volverán a ser cómplices.