viernes, 30 de enero de 2009

Al final resultó tan sencillo como que tú fumases un cigarro cerca de mi piel. Después tus caricias moldearon el humo envoldiendo nuestros cuerpos.
Sentí el instinto de escapar, pero ya había empezado a hundirme en ese ambiente ceniciento, presa de tus manos, firmes como el mármol. Entre prenumbras caimos abandonados a la ingravidad del espacio ad infinitum. Convertidos en un cuadro perpetuo, con trazos precisos y colores abstractos, toda una gama de grises derramada sobre los dos; gris-sábana, gris-humo, gris-luz.

Suspendidos en ese no-lugar donde no se alcanza a comprender, estuvimos a punto de quebrarnos contra el suelo. Inevitablemente, la estricta ley de la gravedad acabó por imponerse en nuestro desordenado no-mundo. Perdiendo el equilibrio perdimos también la no-cuenta de los días y las noches, y empezamos a no-entender nuestro inentendible desorden.

En un intento desarraigado volvimos a zafarnos como náufragos a la deriva, por un mar difuminado y con pretensiones de tormenta.

y al final...

lunes, 26 de enero de 2009



En blanco y negro. Sin contornos.

¿Quién da más?

Gutural. O sonidos sordos.

viernes, 23 de enero de 2009

Preciosa, ¿y para qué?











El amor en tiempos de exámenes.
(Esto sí que daría para una gran novela)



Aunque Piglia lo resumiría todo diciendo el amor de un pez en el hielo. Contado en 5o años, que 100 son demasiados. Y sin decir como nos fuimos hundiendo poco a poco (eso se lo dejamos a las fieras de Arlt).

Bajo la misma ciudad, todos navegamos (o quizás tan sólo naufragamos) en un mar de estrellas distantes y tardías, y un poetasesino revoluciona la poesía chilena.



Mientras, me quedo con Julio, leyendo a Julio, perdiéndome en Julio. Me asusta la casa tomada, me asfixia la continuidad de los parques. Definitivamente, como un pez congelado en tiempos de exámenes.

Culmina Borges: "y sin temer nada"


El infinito es más infinito en la letra que en la imagen. Una imagen NO vale más que mil palabras.