lunes, 23 de febrero de 2009


Vamos a entendernos, aunque podríamos entrar en un análisis más profundo de toda esta historia, por ejemplo en qué es el sexo -o cómo es el sexo- después de una discusión violenta. La verdadera cuestión, a fin de cuentas, es cómo aunque se rompa la perspectiva de la lectura, o de la escritura, según se mire, las historias siguen vivas en sí mismas, aunque nadie las lea. Analógicamente podríamos ver qué es lo que ocurre cuando se pierde la perspectiva de tu boca, y sin embargo los besos siguen vivos, enfáticos. Podríamos plantearnos más cosas: intuiciones, deseos, el fin del mundo... Al final no llegaríamos a ninguna conclusión y nos quedaríamos en silencio, esperando a que la vida duela un poco menos o a que las rosas no sean un placebo farmaceútico.






¿Brindamos? Whisky solo, con hielo. Etiqueta negra, por favor.

Me ahogo en tu boca.

1 comentario:

Mª Teresa Martín González dijo...

Es un placer volver a leer y disfrutar con tus escritos. Eres grande, y tus palabras intensos besos de sentimientos, que si bien llegan a dentelladas,nos riegan con multitud de sensaciones.

Un saludo de una "Cuervo" de Motril.