miércoles, 14 de mayo de 2008




Una estrella, tras una larga y dura jornada de trabajo (aguantando romances, borracheras y algún que otro asesinato) se ha atrevido a denunciar sus precarias condiciones laborales. Exige agua clara para beber, y que se prohíba la entrada en el local a aquellos que no guardan silencio durante su función. Aunque el sindicato aún no se ha pronunciado, es posible que este suceso acabe derivando en una huelga de todos los trabajadores afectados. Las autoridades han manifestado su preocupación, y parece que es inevitable que la crisis se acabe produciendo.

Aún no se ha hecho ningún balance sobre lo que podría suponer un paro en el sector astrológico, pero se estima que, si finalmente se produce, millones de soñadores y amantes saldrán perjudicados, y que las pérdidas de ganancias oníricas serán las más graves jamás registradas.





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